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La joven madurez de Gómez del Pilar, en hombros en El Álamo

Noé Gómez del Pilar exhibió la joven madurez de su toreo esta tarde en El Álamo (Madrid), donde abrió la Puerta Grande después de desorejar al tercero, de Carlos Núñez, merced a una faena inteligente en la que supo leer y administrar la bondad de un tercero de medida pujanza. Curro Díaz paseó el otro trofeo del festejo en el segundo, al que toreó con despaciosidad y relajo. Morante, con el peor lote, apenas pudo dejar un precioso galleo por chicuelinas y un puñado de naturales sueltos en el primero de una corrida de Castillejo de Huebra y Carlos Núñez a la que, sobre todo, faltó raza y poder, con la excepción de ese noble segundo.

Más agradable y con menos cuajo, el tercero lució el hierro de Carlos Núñez. El recibo de Gómez del Pilar fue a favor del toro, enseñándolo a embestir. Brindó el toledano a sus compañeros de cartel y comenzó a torearlo con la mano diestra en una faena en la que el secreto fue darle un tiempo entre cada muletazo, porque el animal, aunque noble y manejable, estaba muy medido de raza y poder. Así logró correr la mano por ambos pitones antes de un final más en las cercanías, con el toro ya más aplomado. Meritorio. El final, con circulares invertidos dio paso a una estocada caída de efecto fulminante, suficiente para el doble premio.

Más toro, el sexto -de Castillejo de Huebra– fue el más fuerte del encierro, lo saludó a la verónica con bríos Gómez del Pilar. Buena, la media. Marcó querencias en banderillas, donde cuajó un soberbio tercio Ángel Otero, que se desmonteró. Comenzó sin preámbulos con la diestra, pero tras una primera tanda en la que estuvo a punto de prenderlo al dar el de pecho, el ‘Murube’ se rajó sin tapujos. Atrincherado en las tablas al toledano no le quedó más remedio que machetearlo. Lo mató de un estoconazo.

 

El segundo fue uno de Castillejo de Huebra, abrochado de cuerna y estrecho de sienes, que tuvo ritmo y buen son desde el recibo de Curro Díaz, que dejó varias verónicas de gran relajo en el recibo. Mantuvo su buena condición en el último tercio el ‘Murube’, que humilló con clase y recorrido en una faena bien ligada y de muy buen trazo del jiennense. Basada en el pitón derecho, hubo muletazos rotundos y lustrosos, especialmente una serie postrera, toreándolo muy despacio, que remató con una trincherilla marca de la casa y el de la firma. Tuvo duración el toro, que mató de estocada desprendida antes de pasear una oreja.

El zancudo quinto, fino y avacado, también lució el pial de Carlos Núñez. Fue un animal al que faltó entrega y que siempre punteaba los engaños. Se violentaba mucho en cuanto lo lograba. Curro Díaz buscó corregir ese defecto a base de toques secos y pulseando su embestida, que se fue acortando cada vez más hasta un final muy a menos, en el que prácticamente no tomaba la muleta. Lo mató de pinchazo y estocada.

Rompió plaza un astado de José Manuel Sánchez, encaste Murube, que desarmó y apretó a Morante después de varias verónicas templadas. Torero, el galleo por chicuelinas para ponerlo en suerte. Blandeó lo suyo y se venció siempre por el derecho el toro, por lo que el cigarrero optó por el pitón izquierdo para construir una faena con altibajos por la falta de entrega del animal, en la que hubo naturales sueltos de excelente factura, limpios y muy encajado. Lo mató de estocada corta y saludó desde el tercio.

Morante saludó al cuarto con dos recortes añejos, de inspiración gallista, agarrando el capote por el centro de la esclavina y enroscándoselo al cuerpo. Poco más se pudo ver del sevillano, que sorteó un cuarto de Carlos Núñez que marcó descaradamente las querencias desde esos lances de recibo. Manseó lo suyo y huyó junto a toriles tras el tercio de banderillas. Morante trató de ponerse con la diestra una vez que lo sacó de esos terrenos, pero el animal no pasó ni uno. Sin embroque, fue por la espada sin poder pegarle un pase.

 

 

RESEÑA

Plaza de toros de La Chacona, en El Álamo (Madrid). Más de un tercio de entrada. Toros de José Manuel Sánchez (1º), Castillejo de Huebra (2º y 6º) y Carlos Núñez, desiguales de presentación. En general, les faltó raza y poder. El segundo, noble y con duración, fue el mejor.

Morante de la Puebla (de nazareno y azabache), ovación con saludos y silencio.

Curro Díaz (de verde botella y oro), oreja y ovación.

Gómez del Pilar (de gris perla y oro), dos orejas y silencio.

Incidencias: En el sexto, se desmonteró Ángel Otero en banderillas.

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