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Diego Urdiales: «Cada temporada siento que mis metas van en ascenso, quiero seguir creciendo como torero»

Diego Urdiales es uno de esos pocos toreros bendecidos por los dioses. Dueño de un clasicismo imperecedero, con una pureza inquebrantable. Capaz de parar el tiempo en una verónica o de hacer brotar al unísono los olés en un solo natural gracias al temple que anida en sus muñecas. Un matador de toros del norte, que firma con tinta de Rioja y azabache cada obra.

Este domingo volverá a torear en Arnedo. Su plaza. Aquella en la que hizo su presentación en público y de luces, en la que debutó con picadores y, más tarde, lo vio alzarse con el codiciado Zapato de Oro. «Es una felicidad el torear en tu pueblo en una corrida con tantísimos alicientes, como ha sucedido en los últimos años, y con tanta expectación. Siempre es una ilusión muy grande, pero una gran responsabilidad. Torear en tu tierra te mueve sentimientos muy especiales y conlleva que las emociones estén muy a flor de piel».

Ignacio Ríos ha confeccionado un cartel inédito para la tradicional corrida de San José. El torero de Arnedo se enfrentará en un duelo cara a cara a Andrés Roca Rey. Urdiales señala que «en estos años hemos toreado varias veces juntos, pero no habíamos tenido la ocasión de hacerlo mano a mano. La temporada pasada compartimos cartel durante el mes de septiembre en Valladolid y en Logroño y, en ambas, salimos los dos en hombros. Sería bonito volver a repetir esa imagen«. Los toros de Luis Algarra, un hierro de garantías, ayudarán a conseguir ese objetivo. «Es una ganadería muy importante. La hemos elegido entre todos porque consideramos que puede dar el resultado que todos deseamos».

«Intento que los toros pasen lo más despacio posible cerca de uno y que lo que siento dentro conmueva a los que están arriba»

La verdadera genialidad del empresario del Arnedo Arena radica en unir en un mismo cartel a dos diestros con conceptos diferentes, pero capaces de emocionar a todos los aficionados. El nombre de Diego Urdiales irremediablemente va ligado al concepto de pureza, algo que para él «es complicado de definir. La pureza cada uno la puede sentir de una manera. En mi caso, es intentar hacer el toreo dentro de lo que son los cánones de toda la vida. Ese toreo clásico, que es el que siento. Intento que los toros pasen lo más despacio posible cerca de uno y que lo que siento dentro conmueva a los que están arriba».

A inicios de febrero, se vestía de luces por primera vez este año en Valdemorillo. En esa fecha, trenzó en paseíllo junto a Juan Ortega en otro mano a mano. Un principio de temporada que puede calificarse de compromiso. «En esta ocasión se han dado las circunstancias de empezar así. Creo que los mano a mano deben tener un sentido y un significado. Ambos tienen muchos alicientes. Son tardes diferentes y especiales».

En un mes actuará en la Real Maestranza, donde estará presente en dos carteles de relumbrón con las divisas de Núñez del Cuvillo y Domingo Hernández. El matador riojano explica que «cuando uno empieza, lo que desea es pisar esa plaza alguna vez y, cuando lo haces, deseas llegar a este momento. Estar colocado dos tardes muy importantes dentro de la Feria de Abril y de esa manera. No cabe duda que te llena de responsabilidad y de ilusión. Expresar lo que sientes en un plaza como Sevilla es una maravilla».

Diego Urdiales en la Real Maestranza de Sevilla

Perpetuada en la retina de muchos quedó la faena al toro «Francés» de Garcigrande al que desorejó en el coso del Baratillo hace dos años. Dice sobre ella que «guardo unos recuerdos inolvidables. En Sevilla, desde que debuté de novillero, sentí muchísimo el cariño de la afición, así como esa sensibilidad y la forma de respetarme. Fue una faena muy importante. Le corté las dos orejas, pero más allá de los trofeos porque al final es como la guinda a la faena, lo bonito es poder sentir el toreo de esa manera en esa plaza».

Y de Sevilla a Madrid. En Las Ventas se enfrentará a los astados de El Pilar y Alcurrucén en dos compromisos de máximo nivel. «Estoy anunciado con dos ganaderías de mi gusto y en dos carteles muy bonitos. Madrid es otra plaza en la que he tenido la suerte de poder triunfar y disfrutar varias tardes. Ojalá que sea una Feria de San Isidro importante para mí«.

Vista Alegre es uno de los cosos que más le ha dado en su carrera. Abrió la senda «Favorito» para continuar con «Atrevido» o «Gaitero», todos ellos de Alcurrucén. No es posible desligar Bilbao del nombre de Urdiales sin rememorar alguna de sus imborrables obras. Ante su ausencia el pasado año en las Corridas Generales, sería de justicia volver a ver su nombre en la próxima feria. El diestro riojano señala que «las circunstancias no lo quisieron. Espero que este sí se den. En Bilbao he sentido cosas increíbles y he podido expresarme como torero. Tiene un público al que le tengo muchísimo respeto y admiración. Es una plaza única, que me encanta y ojalá pueda volver a pisarla esta año».

«Necesito que las personas que estén detrás de mí tengan una plena confianza y entrega en todos los sentidos para torear con libertad y como siento»

Diego Urdiales cumple 24 años de alternativa, pero confiesa que mantener «la ilusión viva. Cada temporada sientes que tus metas van en ascenso. Quieres seguir creciendo como torero, intentas hacerle cosas a los toros que cada día te llenen más y que seas capaz de poder expresar cuantas más tardes mejor todo lo que uno siente, porque al final es lo que te hace feliz«.

Una carrera en la que tomó el camino duro de la independencia. Asegura que «cada torero necesitaremos una cosa diferente. Lo que yo necesito es que la persona o personas que estén detrás de mí tengan una plena confianza y entrega en todos los sentidos. Es lo que me permite torear con libertad y como siento. Esa situación la tengo que sentir. Por eso tomo esas decisiones y creo que es positivo que esté siempre en ese estado«.

Por la discreción y humildad que le caracteriza, pocos fueron los que supieron del gran esfuerzo que hizo el pasado año cada tarde que se enfundaba el traje de luces por una  lesión de cervicales que le acompañó desde marzo. Relata que se encuentra «mucho mejor. La temporada pasada fue para mí de las más duras de mi vida. Tuve muchísimos dolores producidos por una lesión en el cuello a raíz de la voltereta que sufrí en Fallas en Valencia. Los dolores prácticamente me desaparecieron en octubre. Tuve que estar con mucha medicación, con corticoides y pinchándome directamente en el cuello. Entre la medicación y los dolores, el sufrimiento fue grande. Pese a todo, estoy orgullos de haber podido tirar con la temporada adelante y de la manera que lo hice».

 

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