El novillero jienense Marcos Linares ha causado una excelente impresión en su debut con picadores en Morón de la Frontera, y ha sido designado por el jurado triunfador de la tarde.
Debutando, ya parece un matador de toros. Marcos Linares tiene el toreo en la cabeza, y además parece que la capacidad suficiente para hacérselo al toro. O de momento al utrero. Con el capote es un virtuoso, con una facilidad, compás y temple asombrosos; y con la muleta torea con gusto, quietud y desparpajo.
Su faena al primero de la tarde fue impecable, pese a tener enfrente una embestida desentendida y sosa. Dominando alturas y toques, fue capaz de conjuntar una faena limpia y torerísima que, en principio, no se veía por ninguna parte. Sólo el mal uso de la espada le privó de cortar orejas. Sí se las cortó al cuarto, noblote y soso, al que volvió a torear con una solvencia inmaculada, perfectamente colocado siempre y con buenísimas maneras. Marcos pegó muletazos sensacionales dentro de una faena muy notable, esta vez mejor rematada en la suerte suprema.
Diego Bastos apenas pudo hacer nada en su primer oponente, de cortísimo recorrido, aunque por su voluntad, disposición y una efectiva estocada le dieron una oreja. Fue más noble el quinto aunque se paró pronto, y en este apuntó un toreo de mucha clase que brillará más cuando adquiera mayor rodaje. Mató de una gran estocada y le dieron las dos orejas, la segunda a todas luces excesiva.
Joselito Sánchez, por su parte, pecó también de la lógica inmadurez en chavales que están empezando, aunque desde luego no se le puede negar la voluntad que puso en todo momento. Muy flojito aunque dócil su primero, le pegó algunos muletazos templados dentro de una faena aseada. Al sexto, un novillo encastado, le hizo un magnífico quite por chicuelinas Marcos Linares, y luego Joselito volvió a mostrarse afanoso pero más inseguro, como viniéndole grande la papeleta. Tras una estocada fulminante le concedieron dos cariñosas orejas.
El jurado, al concluir el festejo, declaró triunfador a Marcos Linares, que con total justicia se ganó, por tanto, el derecho a torear en la novillada de la Feria de Córdoba.
Incidencias: Los tres espadas salieron a hombros.