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«Dejo aquí, en este templo, una parte de mi vida»

Manuel Escribano dona al museo de la Real Maestranza de Sevilla el vestido de torear con el que indultó a ‘Cobradiezmos’, de Victorino Martín, en la histórica tarde del 13 de abril de 2016

Sobre una silla de enea reposaba el vestido berenjena y azabache y Manuel Escribano lo miraba de soslayo mientras deslizaba sus palabras, a veces entrecortadas por la emoción: «Esta plaza me ha dado todo lo que soy, desde que me presenté sin picadores, luego con caballos, y por último, cuando la Empresa tuvo el detalle de llamarme para sustituir al maestro El Juli, en un momento muy difícil de mi carrera, ya como matador de toros», recordaba el torero de Gerena.

Aquel día, un 21 de abril de 2013 y después de una actuación soberbia, le cortaba las dos orejas a un toro de Miura, exactamente igual que el año pasado, cuando hizo lo propio con otro ejemplar  de la misma divisa. Entre aquel debut y su última tarde de 2021 han pasado ocho años y el indulto de ‘Cobradiezmos’, para engrosar aún de manera más relevante su currículum en El Baratillo: «Hoy me acuerdo, -dijo el torero -de mi cuadrilla, tan importante para que el toro luciera todas sus virtudes, del ganadero que crió aquel animal tan magnífico, de mi familia y de la afición de Sevilla».

Manuel Escribano ha donado el vestido de torear, berenjena y azabache, que se puso en aquella tarde histórica. «Un traje de torear es como una segunda piel, pero éste es aún más especial. Dejo aquí, en este templo, una parte de mi vida», sentenció el torero.

Antes había abierto el acto el Teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, Santiago León y Domecq, tan amable y natural como de costumbre, y que tras sus palabras de recuerdo a un día memorable, se fundió en un abrazo con el torero. Y cerró Victorino Martín, el padre de la criatura, que anunció que cuando muera ‘Cobradiezmos, intentará que quede disecado en el museo de la Maestranza, a petición de los propios maestrantes, quizá junto al vestido del torero.

«¿Cómo está ‘Cobradiezmos?», le pregunté. «Pues debe estar muy bien, con cuarenta vacas a su disposición y con unos hijos a los que yo me encargo de alimentar. Creo que no tiene motivos para quejarse…».

Al acto, además de la cuadrilla encargada de lidiar el toro, el presidente que lo indultó y el asesor artístico, Luis Arenas, también asistió el empresario de la Maestranza, don Ramón Valencia Pastor, que suponemos dará el trato merecido a uno de los triunfadores de la Feria de San Miguel de 2021. O sea, Manuel Escribano.

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