Guillermo Hermoso de Mendoza triunfa en su confirmación de alternativa cortando tres orejas a su lote, abriendo la Puerta Grande de Las Ventas junto con Lea Vicens, que cortó otras dos, ambos a expensas de un generoso palco.
Ambiente festivo en Madrid, no solo en Las Ventas. Unos señores que visten de blanco vuelven a reinar en Europa, y las calles y los tendidos lo saben. Hoy no verán lo que ayer en los tendidos, con nada menos que una orejona de por medio. Pero no vengo a hablarles de fútbol. Guillermo Hermoso de Mendoza y Lea Vicens dieron fiesta al público más sencillo de Madrid, de mayor algarabía que exigencia, lo cual les trajo a ambos la salida en hombros.
Confirmaba alternativa Guillermo Hermoso de Mendoza. Su padre estaba destinado a ser el padrino en la ceremonia, pero un accidente lo dejó fuera del cartel, teniendo que ser Lea Vicens la madrina en este caso, con Sergio Domínguez, el sobresaliente del resultante mano a mano, por testigo. Se invirtió el orden de lidia salvo en el primero, correspondiente al confirmante.
Su tarde fue de menos a más. Cumplió expectativas con el toro de su confirmación, dando juego, pero marrando con el rejón de muerte, teniendo que descabellar, lo que le restó toda posibilidad de trofeo. El jaleo empezó a calar en el segundo toro, frente al cual, sobre todo a lomos de «Berlín», levantó palmas en abundancia, clavando elegantemente y con el punto de raza que es marca de su casa, dando la chispa que escaseaba su oponente. Cerró con un buen par a dos manos, y no tardó en morir a lo que llegó la oreja. Fue el cierre lo que hizo la tarde, delante del quinto toro, de lo más destacado en juego de la tarde. Subido de nuevo a lomos de «Berlín», a lo que se sumó «Ecuador», quebrando, rompiendo, el público en pie. Montando a «Esencial», terminó de rematar la faena con las banderillas cortas, que precedieron a un gran rejón de muerte que rodó rápidamente al toro de Carmen Lorenzo. El graderío pidió las dos orejas, las cuales fueron concedidas por el usía.
Lea Vicens por su parte anduvo en su línea. Su primer toro le planteó dificultades en los últimos tramos de la faena, las cuales acusó a la hora de matar principalmente, lo que emborronó su labor. Mejor fortuna tuvo con su segundo, un toro que se movió, con el que consiguió mejores cotas y buenos momentos, matándolo y cortándole una oreja. Su mejor hacer anduvo reservado al final. No quería salir a pie de la plaza, por lo que arriesgó en mayor medida frente a un público ya entregado desde el anterior toro, dejando sus mejores instantes de la tarde cerrándola, consiguiendo cortar otra oreja más.
El encierro de Carmen Lorenzo y El Capea (2º y 6º) fue claramente escaso de presentación y notable de juego, con toros interesantes y móviles. El tema de la presentación es algo para hacerse mirar en las corridas de rejones, tanto por badana como por el «despunte reglamentario» llevado al extremo.
Que cuando hay rejones cambian las tornas en los tendidos de Madrid, lo saben hasta en Lima, así como ocurre a día de hoy en la gran mayoría de las plazas de primera que ofertan el espectáculo dentro de sus seriales. Hoy no quedaban billetes en taquilla a poco de comenzar el festejo, y el público acudió simple y llanamente a divertirse. No creo que sea algo negativo, al fin y al cabo no es un festejo convencional como lo son los de a pie. Pero quizás cierto aumento en la exigencia de cara al premio no estaría de más, por tratarse de una plaza de primera categoría, más concretamente la primera del mundo. Hay que darle una vueltecita al asunto, no a lo derrotista, sino aprovechando la oportunidad. Más o menos entendida, la gente acudió hoy a la Plaza. Y se les puede educar en el buen hacer, algo que por toriles y palco podría haber sido mejorable.
Pero lo que yo les diga, la gente vino contenta y se va contenta. Habrá quien hable de los capotazos del subalterno de Lea y de cómo se jalearon por divertimento. Yo, y otros tantos de los que estarían hoy en Las Ventas, nos seguimos acordando de los que Nacho Fernández lanceó ayer en París, con su equipo y la Fiesta por montera, los mismos que a esta hora sigue pintando sobre el césped del Santiago Bernabéu. Qué guapa se pone Madrid cuando viste de blanco.
Plaza de Toros de Las Ventas (Madrid). 22ª de San Isidro. Corrida de rejones. Lleno de «no hay billetes». 6 Toros 6, de Doña Carmen Lorenzo (1º, 3º ,4º y 5º) y El Capea (2º y 6º) en mano a mano para Guillermo Hermoso de Mendoza, que confirmaba alternativa: palmas, oreja y oreja; y Lea Vicens: silencio, oreja y oreja. Actuó como sobresaliente el rejoneador Sergio Domínguez.