spot_img
spot_img

De Joselito a Morante: la redonda cifra de las cien

En pocas horas, el diestro José Antonio Morante de la Puebla, conseguirá un hito que pocos toreros han alcanzado en la historia en una misma temporada, llegar a los cien festejos toreados. Cerrará así una lista que llevaba varios años sin añadir nombres nuevos y que, presumiblemente, tardará mucho en conocer otro torero capaz de hacerlo. Pero Morante, fiel defensor del legado de José Gómez Ortega “Gallito”, cerrará un círculo ficticio, pues el menor de los Gallo fue el primero en conseguir esa casi imposible cifra para principios del siglo XX. En este artículo, vamos a realizar un recorrido por los toreros que han alcanzado la redonda cifra en la historia…

Monumental pase de pecho de Gallito en Valencia (Fototeca Municipal de Sevilla)

ALCANZAR CIEN CORRIDAS A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX: GALLITO EN LA TEMPORADA DE 1915

Nos trasladamos a principios del siglo XX, en una Europa de profundo cambio, con nuevas tecnologías cada vez más presentes y la auténtica revolución que había supuesto la aparición e implementación de nuevos medios de transporte en el siglo XIX, toma la alternativa en España un torero que venía a cambiarlo todo: José Gómez Ortega, Gallito. El toreo venía de una etapa de transición y el diestro de Gelves, junto a su alter ego, Juan Belmonte, cambiaron todo lo que se conocía hasta entonces, entre otras cosas, la transformación de la tauromaquia en un auténtico espectáculo de masas. Los públicos, deseosos de ver a estos dos colosos, los reclamaban en las principales ferias y, el menor de la familia Gómez Ortega, se planteó un reto que hasta entonces parecía imposible (solo Guerrita se lo planteó, pero no lo llegó nunca a conseguir): torear cien corridas en una temporada.

Para ello, era necesario plantear la temporada a principios de año de forma milimétrica, aprovechar las distintas paradas que tenía la línea de ferrocarril de Madrid y torear varios festejos seguidos en las mismas ferias. Y bueno, también, que te respetarán los toros. Gallito, no solo lo consiguió, sino que lo repitió durante cuatro temporadas consecutivas, concretamente de 1915 a 1918. Un hito que supuso un auténtico acontecimiento para la época, pues requería de una fortaleza mental y física envidiable, así como de una cuadrilla de primer nivel que hiciera más llevadero el trance de una temporada tan larga.

Joselito tras ejecutar la suerte suprema en Sevilla (Fototeca Municipal de Sevilla)

Belmonte también pasó la frontera de las cien en 1919, cerrando así una gloriosa etapa en la que los líderes del escalafón superaron el centenar de corridas en una temporada. La muerte de José en Talavera de la Reina, supuso un duro golpe para la tauromaquia en general y, a pesar que los años posteriores se estuvo cerca de alcanzar la cifra, a partir de 1922, se bajó considerablemente el número. Estos dos toreros que se quedaron cerca en 1920 y 1921 fueron Ignacio Sánchez Mejías, que cerró con 90 festejos toreados y el valenciano Manuel Granero en 1921, que, a pesar de tener contratadas más de cien para esa temporada, algunos percances y suspensiones hicieron que toreara un total de 96 festejos.

Maera, Chicuelo, Marcial Lalanda o Cayetano Ordóñez fueron los líderes los siguientes años, pero se tendría que esperar hasta la llegada de Domingo Ortega para que un torero se volviera a acercar a la cifra redonda; y es que el diestro de Borox, toreó 93 y 91 corridas en 1931 y 1932 respectivamente.

La Guerra Civil, supuso un descenso drástico en el número de festejos celebrados en nuestras fronteras, pero, ya en la década de los años 40, la aparición de Manolete, supuso que el espectáculo resurgiera cual ave fénix. A pesar de que no llegó a alcanzar el centenar de festejos en una misma temporada, en la temporada de 1944 y 1945 había contratado más de cien, pero se quedó en 92 y 71 toreadas respectivamente por distintos percances. 

Curiosa fotografía de Domingo Ortega fumando un cigarro en la enfermería de una plaza (Kutxateka-Fototeka)

ARRUZA, DOMINGUÍN Y UNA NUEVA SEQUÍA

Pero en esta temporada de 1945, sí que hubo un torero que derribó la barrera: el supuesto competidor de Manolete, el torbellino mexicano Carlos Arruza, alcanzó la nada despreciable cifra de 108 festejos. 

Después de la muerte de Manolete en Linares, en 1948, fue Luis Miguel Dominguín el encargado de redondear las cien corridas justas. Tras estos dos toreros, el escalafón se resintió y los líderes se quedaron lejos de la soñada cifra, a excepción del propio Dominguín, que, con 98 festejos toreados, se quedó a las puertas en la temporada de 1951.

El portugués Dos Santos, el colombiano César Girón, Antonio Ordóñez o el mismísimo Paco Camino lideraron los años venideros sin alcanzar tantos festejos, hasta que, la llegada de un torero heterodoxo cordobés, lo iba a poner todo patas arribas, incluida la barrera de las cien: el fenómeno cordobesista había llegado para quedarse.

Luis Miguel Dominguín, figura dentro y fuera de la plaza (Cordon Press, 1955)

BAJO EL MANDO DE MANUEL BENÍTEZ “EL CORDOBÉS”

Desde su aparición, se vislumbraba que los cimientos de la tauromaquia se iban a tambalear y es que Manuel Benítez “El Cordobés” fue un fenómeno de masas que a día de hoy nadie ha vuelto a igualar. A su agitación de los públicos, sus polémicas y sus apariciones televisivas, hay que sumar el logro de torear cien corridas durante tres temporadas diferentes. En el año 1965 (en el que Paco Camino llegó a las 95 quedándose cerca de la preciada meta), logró torear 111 corridas de toros en el 67, acaparó 109 funciones y en 1970, marcó un récord que parecía impensable: llegó al número de 121 corridas toreadas, con el broche final en la plaza de toros de Jaén en el que tuvo la osadía de subirse a lomos de un toro de Núñez, para jolgorio de unos y espanto de otros.

Tras su retirada, una nueva sequía en la barrera de las cien, en una etapa que podríamos llamar de transición pero que contó con toreros de un nivel extraordinario. De estos años con Manuel Benítez en activo, no hay que olvidar que un torero nacido en Fuengirola y que hoy puede parecer un tanto olvidado, Miguel Márquez también rebasó la marca de las cien en 1968 (año de su alternativa) y que estuvo muy cerca de conseguirlo el año siguiente, en el que alcanzó 97.

 

El Cordobés en julio de 1966 (Kutxateka-Fototeka)

Ya en el año 1985, un torero nacido en Espartinas, Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’ cogía el cetro de la Tauromaquia y en dos años diferentes, en 1987 y 1990, conseguía sobrepasar el centenar de festejos toreados. Entrados ya en este año de 1990, comienza una época de “boom” en la que la bonanza económica del país favorece la organización de festejos y en la que otro torero, iba a romper todos los récords.

DE JESULÍN DE UBRIQUE A “EL FANDI”

Los años 90 en España se caracterizaron por la aparición de ciertos personajes mediáticos amantes del lujo y el derroche, por un aumento de los programas televisivos en cadenas privadas y públicas y por un nombre propio: Jesulín de Ubrique.

Antes de hablar del torero de Ubrique, hay que destacar otro nombre propio en estos años, el del valenciano Enrique Ponce, que ha sido el único torero capaz de alcanzar la cifra en ocho temporadas distintas: 1992, 1993, 1994, 1995, 1996, 1997, 1998, 1999, 2000 y 2001. En el año 1995, alcanzó su récord, con un total de 120 corridas.

Pero el que decidió poner todo boca abajo fue Jesús Janeiro Bazán, presentado en los carteles como “Jesulín de Ubrique”, cuya personalidad arrolladora, sus famosas apariciones televisivas (llegó a protagonizar un anuncio de Cola Cao) y su temeraria tauromaquia arrastraron a las plazas a aficionados y no aficionados y a los empresarios y pueblos de España a rifarse su presencia en las fiestas de los respectivos lugares.

Jesulín toreó en 1994, hasta 133 corridas de toros convirtiéndose en el número uno del escalafón y pulverizando la marca de El Cordobés, en la temporada de 1995, alcanzó la loca cifra de 168 corridas una marca imbatida hasta la fecha y que en mi opinión nunca cambiará de dueño y, en 1996, un total de 126.

Jesulín, protagonizando el anuncio televisivo del popular Cola Cao a la par que rompía todos los récords taurómacos (Año 1995)

 

Lo sorprendente de estos años es, que otros toreros, sin liderar el escalafón, también superaron la cifra centenaria. Al nombre de Enrique Ponce comentado anteriormente, hay que sumar los de “El Litri” y Manuel Díaz “El Cordobés”, que llegaron a sumar 133 y 125 funciones respectivamente en 1995.

En 1998, es el propio El Cordobés el torero que lidera el escalafón con 108 corridas contratadas y, ya en el horizonte, aparece otro torero que iba a marcar una época: Julián López “El Juli”. La joven promesa, se hace rápido con el mando y en 1999 y el año 2000, supera las cien corridas por temporada y lidera el escalafón. También lo fue en 2002, con un total de 112 corridas.

El cambio de siglo trajo otros nombres a la palestra que iban a superar la marca, como fue el caso de Finito de Córdoba en 2001 con 102 corridas (líder del escalafón) y en 2002 con 104.

A la par que la vista en el horizonte de una más que probable crisis mundial, los festejos fueron disminuyendo en cantidad, pero todavía dos toreros más iban a unirse al club de las cien: César Jiménez lo lograría en 2004 sumando 106 y el granadino David Fandila “El Fandi” que tomaría el relevo en el marcador rebasando la centena en 2005, 2006 y 2008, cuyo récord fue este último año con un total de 111 corridas. A pesar de la crisis, se mantuvo al frente del escalafón, pero ya sin poder alcanzar esa cifra que, desde ese año, nadie ha podido alcanzar.

En un momento en el que ya parecía imposible, Morante está, presumiblemente, a un día de formar parte del selecto club de las cien, cerrando así una etapa que está únicamente al alcance de los elegidos. Suerte, torero.

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

RELACIONADO

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img