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Histórica encerrona de Luque, que firma la tarde de su vida, y La Quinta, un indulto y dos vueltas al ruedo, en Dax

En su día, fue el punto de partida para recuperar el sitio y Daniel Luque, desde que Francia le volvió a poner en órbita, no ha parado de crecer y crecer. Hasta tal punto, que lleva tres años largos en sazón, en un status de figura, que ya es perenne, porque ve toro en todos lados, porque su toreo cada vez es más puro, más maduro, y porque no vuelve la cara a gestas como la de este, ya histórico, 11 de agosto en Dax y en todo el orbe taurino. Se apuntó en invierno a matar seis de La Quinta y el gesto tuvo recompensa. Porque Luque ha firmado hoy, seguro, la tarde de su carrera, de toda su vida. Siete orejas y dos rabos en pleno delirio desatado de la afición gala. De ley también reconocer el protagonismo del excelente encierro de La Quinta, elegida con gusto y esmero, tanto su presentación como su juego, porque dos toros fueron premiados con la vuelta al ruedo, cuarto y quinto, pero es que la guinda fue el sexto, un bravísimo ‘Sardinero‘, que fue indultado.

Se aguantó unos minutos a que escampara el aguacero y la espera valió la pena con creces. Saltó ‘Sardinero‘, el toro más bravo y completo de una corrida excelente que tuvo dos toros de vuelta al ruedo. Palabras mayores. Luque lo toreó a placer, totalmente abandonado, con un relajo y un temple mayúsculos. Faena muy emotiva, vibrante de Alfa a Omega, sin un segundo para el resuello de una afición que, desde que comenzó el trasteo, vivió en pie.

Cada tanda, como martillo pilón, cinceló una rotundidad aplastante por la prontitud, alegría, profundidad, clase y duración del animal que supo paladear Luque toreando como los ángeles. Cuando se fue por la espada, la gente pidió el indulto con unanimidad y el palco lo otorgó para poner el lazo a una de las tardes inolvidables de este 2022.

El quinto, de nombre ‘Presumido‘ fue el único cinqueño del envío. Un animal de hechuras perfectas y entipado, que correspondió con su comportamiento a su fisionomía. Otro toro que peleó de bravo en el caballo, agradecido a la posibilidad de Luque que volvió a colocarlo en largo. Después el de Gerena se animó con los palos y compartió tercio con Ángel Otero. Todo parecía encaminado hacia una obra de cante grande y así fue.

Luque demostró a cada segundo el sazón que tiene desde hace unos años su Tauromaquia. Esa dimensión de figura que ya nadie rebate. Así, con enorme suavidad, sin tirones ni cites bruscos, echando los vuelos, fue enganchando una tras otra las embestidas ‘mexicanas’ del excelente toro de La Quinta. Bravo y a más. Cada vez más por abajo, cada vez más profundo. Otra faena antológica para una tarde historia viva de Dax y el toreo en Francia. De nuevo, se concedió la vuelta al ruedo, al toro de La Quinta y, en pleno éxtasis, se otorgó el rabo, que se pidió con fervor, para Luque, que dio una gloriosa vuelta al ruedo en pleno aguacero.

Definido ya desde el primer lance, ‘Farolito‘ fue el precioso cuarto de La Quinta, serio, astifino, armónico, bajo, bien hecho, al que Luque toreó meciendo el percal con tersura a la verónica. Como un lienzo. Muy acompasado. Lució también a este cárdeno, que se arrancó de lejos con alegría y empujando fijo en el peto.

Después, lo toreó con acople y relajado por ambos pitones. Por momentos, hubo abandono y desmayo, en tandas largas de siete, ocho muletazos, de excelsa profundidad y temple que hicieron enloquecer al tendido y las peñas de Dax. Gran toro, por ritmo, clase y hondura. Ligadísimas las luquecinas del final, algunas casi circulares con la bamba de la muleta y enroscándose al de La Quinta muy ajustado, final torero y campero. Volvió a funcionar el cañón de la espada y asomaron los tres pañuelos. Dos orejas para Luque y vuelta al ruedo para este excelente ‘Farolito‘. Sin discusión.

Bajo, bien hecho, estrecho de sienes, el primero tuvo ritmo de salida y Luque demostró ya a la primera, su reputada fama como capotero. Lo toreó con cadencia hasta rematar con una media superior en la boca de riego. Se empleó en varas el de La Quinta. Luque, inteligente, fue sometiendo y bajando las alturas, tanda a tanda, esmerándose en el trazo de los muletazos. Elegancia y verticalidad tuvo importancia todo el trasteo, que adquirió aún más dimensión con la zurda. Tuvo fondo el toro. La estocada, de premios, le valió una oreja con mucha fuerza, pese a ser el toro que abría la encerrona.

Salió con pies y codicioso el segundo de toriles. Luque quiso lucir ese torrente de casta y lo puso en largo al caballo, arrancándose con alegría el de La Quinta. Quizás acusó ese desgaste en la muleta, pues le faltó esa emotividad de los primeros tercios a pesar de su nobleza. El de Gerena comenzó por bajo y le dejó siempre la pañosa en el hocico para darle celo. Así logró sacar muletazos estimables, aunque faltó rotundidad para calar en el tendido. Por encima de su adversario. Buena estocada y ovación.

Corto y echando las manos por delante salió el tercer ‘Santa Coloma’ de La Quinta. Un animal con mayores complicaciones que sus dos hermanos previos. Se desmonteró Juan Contreras tras exponer en banderillas. Luque trató de ayudarlo a romper y le cuidó durante todo el trasteo, pero la falta de empuje del animal, cada vez más remiso, impidieron que la obra tomara vuelo. Tercer toro, tercera estocada.

RESEÑA

hierro la quinta

Plaza de toros de Las Arenas, en Dax (Francia)Francia. Tercera de la Feria de Agosto. Lleno de ‘No hay billetes’. Toros de La Quinta, bien presentados y parejos, entipados. El 1º, noble y con buen fondo; el 2º, bravo en varas, tuvo nobleza en la muleta, pero pareció acusar ese desgaste en el caballo; el 3º, deslucido, de poco recorrido y sin empuje; el 4º, gran toro, de nombre ‘Farolito‘, nº 28, premiado con la vuelta al ruedo; como el 5º, bravo y a más, también premiado con la vuelta al doble anillo, de nombre ‘Presumido‘, herrado con el nº 87; y aún mejor, el 6º, grandioso toro, de nombre ‘Sardinero‘, nº 25, que fue indultado.

Daniel Luque (de blanco y plata con los cabos en negro), como único espada, oreja tras aviso, ovación, silencio, dos orejas, dos orejas y rabo y dos orejas y rabo simbólicos.

Incidencias: En el tercero, se desmonteró Juan Contreras en banderillas.

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