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David Adalid «tiene el cráneo roto en el parietal derecho, una hemorragia en el cerebro y una cornada de 8 centímetros en el muslo»

El banderillero David Adalid permanece ingresado en el Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles tras el gravísimo percance que sufrió el pasado domingo en la plaza de toros de Portillo de Toledo.

Su mujer, Beatriz, ha hablado con Toreteate para explicar la última hora sobre su estado de salud. Afirma que David «se encuentra bien. Esta mañana le han puesto analgésico y ha empezado a comer ya. No podía ingerir comida antes por si tenía que entrar en quirófano». En cuanto a su estado anímico señala que «tiene ganas de volver a ponerse delante, pero debe guardar reposo».

Beatriz detalla que Adalid tiene «cornada de unos 8 cm., que fue muy limpia, en el muslo izquierdo en la parte trasera, justo debajo del glúteo. De eso está muy bien. El problema es que le encontraron el domingo por la noche en el hospital una hemorragia en el cerebro. Eso es lo que nos tiene más preocupados. Las últimas noticias son buenas porque le han hecho un segundo escáner en el que han visto que se va reabsorbiendo solo. De momento, se descarta que lo tengan que intervenir».

La esposa del banderillero, puntualiza que «también tiene el cráneo roto en el parietal derecho, justo a un lado del oído derecho. Eso es a base igualmente de reposo porque, aunque suelda solo, son fracturas y contusiones graves. No es una cosa como para torear ya, como él que quería cumplir sus compromisos de esta semana». Del mismo modo, se ha recuperado de «un pequeño neumotórax, ya que el novillo le dio un golpe en los pulmones».

Por el momento, David Adalid permanecerá ingresado puesto que «quería irse hoy para casa pero los médicos le han aconsejado que no puede hacerlo. Debe guardar reposo».

Beatriz narra cómo se produjo el espeluznante percance y cómo se vivió en el coso. «Era el sexto novillo de García Rivera. Acababa de entrar a matar el novillero Miguel Serrano. Iba a descabellar y el novillo pegó un arreón. Echó el capote abajo y lo enganchó. Lo tiró hacia arriba. Ahí le dio la cornada y luego en el suelo se ensañó con él. En la plaza nos esperábamos lo peor. La gente estaba muy conmocionada, porque fue una cogida muy fea. Quedó rígido e inconsciente».

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