Arturo Gilio saludó por gaoneras a «Sabueso» de El Puerto de San Lorenzo, con el que tomó la alternativa. Tuvo el bonito gesto de brindarle la muerte a su padre, también matador de toros. El toricantano se encontró un excelente animal, noble y con transmisión. Inició la faena de rodillas en los medios. Los mejores pasajes llegaron con la mano diestra, calando mucho en los tendidos. Tenía las orejas en sus manos, pero el fallo con la espada le privó de pasear trofeo.
Por delantales hasta los medios recibió Gilio al cierra plaza de San Pedro. En esta ocasión, el brindis fue a parar a su madres. Le tocó en suerte un animal al que le faltó fondo, pero con el que el mexicano firmó varias series importantes con la diestra. Después de un espadazo fulminante cortó una oreja.