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Clemente y Adriano, en hombros, broche de oro galo por todo lo alto con encastados ‘Victorinos’ en el final de Arles

Clemente, que corroboró ser un valor al alza en este inicio de temporada, y Adriano, que entró a última hora en el cartel, abrieron esta tarde la Puerta Grande del anfiteatro romano de Arles para poner el broche de oro a la Feria de Pascua en la ciudad gala. Los dos toreros galos triunfaron delante de sus paisanos con una corrida de Victorino Martín muy encastada y con mucho que torear, pero que sacó buen fondo en el último tercio, con la salvedad del peligroso primero. José Garrido también paseó un trofeo en el cuarto.

 

Adriano firmó una faena a más en el sexto. Junto al quinto, el toro de Victorino Martín de mayores virtudes de la corrida. El torero galo se vació delante de su adversario para exprimirlo en una labor llena de entrega y valor. Fue un derroche de actitud y compromiso que, para nada, estuvo exenta de buen toreo en el anfiteatro de Arles. El respetable se volcó con Adriano y lo empujó para firmar una obra maciza por ambas manos. Se fue detrás de la espada y el estoconazo fue salvoconducto para las dos orejas.

Tuvo una condición más manejable y mucho más noble el tercero de la tarde, primer toro del lote de Adriano, que entró a última hora en el cartel para sustituir al mexicano Leo Valadez. Aprovechó esa mayor toreabilidad el joven galo, a pesar de que le faltaron finales, terminar de humillar, al toro. Fue una faena pulcra y templada, presidida por el gusto, aunque faltó mayores cotas de transmisión y conexión con el respetable. Además, marró con la espada.

Adriano firmó una faena a más en el sexto. Junto al quinto, el toro de Victorino Martín de mayores virtudes de la corrida. El torero galo se vació delante de su adversario para exprimirlo en una labor llena de entrega y valor. Fue un derroche de actitud y compromiso que, para nada, estuvo exenta de buen toreo en el anfiteatro de Arles. El respetable se volcó con Adriano y lo empujó para firmar una obra maciza por ambas manos. Se fue detrás de la espada y el estoconazo fue salvoconducto para las dos orejas.

Tuvo una condición más manejable y mucho más noble el tercero de la tarde, primer toro del lote de Adriano, que entró a última hora en el cartel para sustituir al mexicano Leo Valadez. Aprovechó esa mayor toreabilidad el joven galo, a pesar de que le faltaron finales, terminar de humillar, al toro. Fue una faena pulcra y templada, presidida por el gusto, aunque faltó mayores cotas de transmisión y conexión con el respetable. Además, marró con la espada.

El quinto fue el mejor toro del envío desde Las Tiesas. Buen toro este ‘Victorino‘, que tuvo prontitud y ritmo por los dos pitones. Clemente supo entenderse bien con las cualidades del astado y logró cuajarlo de inicio a fin corriendo la mano en tandas llenas de personalidad. Muy entregado toda la faena, el público estuvo con él. La estocada, certera, puso en su mano el doble premio.

Clemente se presentó como matador de toros en Arles lidiando un segundo ‘Victorino‘ encastado. Fue un cárdeno exigente y duro, pero el torero galo no se amilanó y estuvo bien con él en una labor valiente. Logró correr la mano por ambos pitones y pudo haber cortado una oreja de haber estado acertado con la espada. Fruto de ese fallo a espadas, todo quedó en ovación desde el tercio.

Tuvo muchas teclas el cuarto, un ‘Victorino‘ con mucho que torear frente al que José Garrido estuvo importante. El extremeño estuvo muy centrado para saber leer a la perfección las condiciones del astado y torearlo con ritmo y temple. Los mejores pasajes de su obra llegaron por el pitón derecho. Por el izquierdo, se quedaba más corto el burel, pero también se puso con determinación en una faena llena de solidez. Lo mató de media estocada en lo alto y logró una oreja de ley.

Rompió plaza un toro imposible de Victorino Martín, muy complicado y desarrollando cada vez más peligro, porque estaba muy orientado desde el inicio de su lidia. José Garrido tiró solvencia y suficiencia para poder resolver la papeleta con la máxima dignidad. No era sencillo, porque fue una verdadera alimaña lo que tuvo delante el pacense.

RESEÑA

hierro victorino martín

Anfiteatro romano de Arles (Francia)Francia. Última de la Feria de Pascua. Media entrada. Toros de Victorino Martín, serios y con cuajo, bien presentados. El 1º, orientado y desarrollando cada vez a peor, peligroso de verdad; el 2º, exigente y encastado, para echar la moneda; el 3º, manejable y mucho más noble que los dos anteriores, le faltaron finales; el 4º, con muchas teclas, mejor por el derecho; el 5º, buen toro, con fijeza, prontitud, ritmo y transmisión por los dos pitones; como el 6º, otro toro que tuvo codicia y clase en los engaños.

José Garrido (de verde menta y azabache), silencio y oreja.

Clemente (de blanco y oro), ovación y dos orejas.

Adriano (de nazareno y oro), silencio y dos orejas.

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