Una tarde antológica a principios de octubre en Las Rozas llevó a Álvaro Lorenzo a volver a dar el enésimo golpe en el ruedo. El indulto de “Encadenado” un excepcional ejemplar de Domingo Hernández supuso un antes y un después en una temporada en la que vuelve a estar en boca del aficionado. En el Corpus un toro de El Cortijillo volvió a cruzarse en su camino. Dos orejas para el toledano en una de las obras de la temporada.
El 2022 se encamina como el año del cambio en la gestión de su carrera, pero sobre todo el del crecimiento definitivo. La alianza que selló hace tres temporadas con la Casa Lozano ya es historia y la bienvenida en la dupla formada por Santiago Ellauri y Pedro Rodríguez Tamayo guiará la estela del toledano, sin perder naturalidad y fidelidad a una forma de interpretar el toreo de siempre, el que no cambia de modas. Lorenzo en estado puro. En constante evolución.
Tras un ascenso meteórico en 2018, 2019 y 2020 han sido temporadas muy complicadas. En 2021, ha vuelto a resurgir el Álvaro Lorenzo que los aficionados esperan…
El año 2018 fue una temporada importante de principio a fin. Al principio de la temporada 2019 las cosas no rodaron de la manera que uno siempre desea, pero el final de temporada fue muy bueno. La mala suerte vino con un 2020 tan complicado a causa del Covid. No obstante, esta temporada que ha habido libertad y movimientos ha resultado positiva y de crecimiento.
¿En qué punto se encuentra Álvaro Lorenzo?
Es mi obligación el encontrarme en continuo crecimiento cada día. En mi caso, creo que sigo evolucionando y creciendo como torero porque es una carrera que requiere tiempo y dedicación. Aun así, puedo decir que voy notando esa transformación.
10 corridas de toros, 20 orejas y rabo, 3 salidas a hombros y un indulto incluido en Las Rozas… ¿son cifras para estar satisfecho o todo es mejorable?
Por supuesto que es para estar contento. De todas formas, soy muy exigente conmigo mismo, porque uno siempre quiere más. No soy nada conformista ya que siempre hay cosas en las que uno quiere seguir mejorando para seguir teniendo la ilusión intacta.
¿Cómo fue aquel toro “Encadenado” de Domingo Hernández?
No cabe duda que fue un toro extraordinario, aunque destacaría muchas virtudes que las tuvo, pero sobre todo que fue bonito de hechuras. Serio pero muy bien hecho. Bajo, con la cara seria y a la vez torera. Y posteriormente, fue un toro bravo que empujó con fijeza en el caballo. El toro también lo requería. Ya en la muleta sacó mucha profundidad y había que llegarle, pero una vez que lo hacía; era con ritmo y profundidad. Fue un toro muy completo.
¿Qué tarde ha sido la más especial de la temporada?
Ha habido muchas, pero destacaría por encima de todas, dos de ellas: Las Rozas por el indulto de “Encadenado” y, la tarde del Corpus donde aparte de cosechar una tarde rotunda en lo numérico, pude cuajar un toro sintiendo el cariño y los olés de mis paisanos.
Nunca ha rehuido de ningún encaste. Este año sin ir más lejos ha estoqueado toros de ganaderías tan disparares como Garcigrande, La Quinta o Alcurrucén. A todos ellos, le has cortado las orejas…
La verdad que sí, aunque más que encastes he de decir que todas son ganaderías, y es que si están en buen momento da igual el encaste que sea. La verdad, es que nunca he rehuido en torear una ganadería u otra… siempre y cuando sea un hierro que permita expresarte.
Hemos visto durante esta temporada que las plazas de tercera han estado acogiendo corridas de toros cuya presentación era más propia de una plaza de segundo o incluso de primera, que de tercera. ¿Qué opinión le merece?
Hablamos de un hecho puntual por la situación en la que hemos vivido y, es que muchos ganaderos han tenido la necesidad de lidiar corridas que en otros momentos se han podido hacer en plazas de primera y, que en esta ocasión no ha quedado más remedio que hacerlo en las de tercera. Ha sido un hecho circunstancial.
No obstante, pienso que un toro cinqueño y con el volumen de plaza de primera y el sentido que desarrolla, puede llegar a dificultar el hecho de poder lograr una faena importante. De todas formas, todos tenemos que arrimar el hombro y seguir luchando.
Durante los últimos años, ha sido la gran esperanza para la tauromaquia en la provincia de Toledo; ahora con la aparición de Tomás Rufo puede decirse ¿que habrá la máxima rivalidad en la plaza?
Rivalidad hay entre todos los compañeros, pero cada uno libra su propia guerra. Con Tomás he compartido dos tardes juntos en Toledo capital y Borox (Toledo). Aun así, la rivalidad que tengo con él es la misma que tengo con cualquier otro compañero. Cada uno tiene su camino y cada tarde hay rivalidad con los compañeros, torees con quien torees. Con Tomás hay una rivalidad sana y bonita con el fin de que los aficionados se ilusionen con nuevos toreros.
¿Siente esa responsabilidad, cuando el aficionado espera algo importante de usted?
Soy consciente de que año que pasa la responsabilidad se acrecienta y, es que uno va adquiriendo la madurez ya que los aficionados tienen muchas expectativas puestas en mí. A su vez, cada temporada uno va aprendiendo a gestionar esa responsabilidad para que no te cause ninguna carga ni presión en los momentos importantes.
Hace unas semanas conocíamos la ruptura con la Casa Lozano y pocos días después el acuerdo con la dupla formada por Santiago Ellauri y Pedro Rodríguez Tamayo, ¿qué busca en ese cambio de apoderamiento?
Estoy feliz con mis nuevos apoderados, creo que son dos profesionales muy buenos y, van a dirigir mi carrera lo mejor posible. Busco renovar las ilusiones que se abren en una nueva etapa. Tanto Santiago como Pedro, son personas que están muy ilusionadas conmigo. Además, me están demostrando mucho cariño y una entrega desmedida.
¿Qué le ha aportado la Casa Lozano a su carrera?
Ha concluido una etapa junto a Fernando Lozano con el que he compartido las tres últimas temporadas. Siempre se suele decir, pero en este caso ha sido una ruptura de forma amistosa y seguimos manteniendo la misma relación personal que hemos tenido hasta ahora. Estoy muy contento y agradecido por todo el trabajo realizado durante todos estos años y, ni que decir tiene que la Casa Lozano me ha educado taurinamente y, vaya por delante mi recuerdo permanente a Don Pablo Lozano que ha sido una de las personas más importantes tanto en mi vida personal como profesional.
Alberto Bautista