Fue el más destacado de la tarde en Sevilla, donde la terna de novilleros se fue de vacío.
Pablo Páez se fue a portagayola en el primero de la tarde y después dio lances estimables. En la muleta se encontró con un novillo limitado de fuerza y deslucido con el que estuvo dispuesto, intentándolo por ambos pitones pero sin llegar a conectar con rotundidad. Mató de estocada y fue ovacionado.
En el segundo de su lote no pudo lucirse de capa al salir muy suelto el novillo. Manseó el de Villamarta en el caballo y Páez brindó al público. La faena no pudo remontar al quedarse cada vez más corto el astado y terminar defendiéndose. No tuvo opciones el rondeño.
Jaime González-Écija estuvo entonado con el capote en el segundo, que manseó en el caballo. Brindó al público y ligó con solvencia con la derecha, desluciendo las series la circunstancia de que el novillo perdía de vez en cuando las manos. Después de intentarlo al natural volvió a la derecha y ligó la serie más completa, haciendo sonar la música. Siguió con autoridad por ese lado completando una labor de mérito que emborronó con el acero. Ovación.
Tuvieron compostura los lances de recibo de Gonzalez-Écija al quinto. El novillo se desplazó en la muleta y Écija ligó por el pitón derecho en dos series estimables. Por el izquierdo tuvo más complicación el astado, echando la cara arriba y defendiéndose. Siguió intentándolo pero sin lograr que la faena tomara vuelo. Mató de pinchazo y estocada y fue silenciado.
Álvaro Burdiel recibió al tercero con buenos lances con una rodilla en tierra. El novillo fue medido en el caballo y Burdiel comenzó la faena de rodillas. Con la derecha creó ambiente en la primera serie, sonó la música y en la siguiente aguantó la insistente embestida del novillo, que resultaba molesto porque
no paraba en ningún momento. Al natural no encontró colaboración y concluyó con una nueva serie por el lado derecho. Mató de estocada y dio una vuelta al ruedo.
En el sexto, Burdiel se encontró con un novillo que se desplazó bien por el pitón izquierdo, por donde dio muletazos estimables en una labor seria en la que intentó siempre hacer las cosas bien pero que no terminó de caldear el ambiente en una tarde ayuna de triunfos. Pinchó en tres ocasiones. Ovación.
Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Novillos de Villamarta, bien presentados y de juego desigual. Pablo Páez, ovación y silencio; Jaime González-Écija, ovación y silencio; Álvaro Burdiel, vuelta tras petición y ovación.