Llegó el día. Después de cuarto largos meses de espera, Emilio de Justo volvía a trenzar el paseíllo. Su ausencia se ha notado, pero ha vuelto como se fue, en figura. Ha dado una gran dimensión toda la tarde, cortando tres orejas, al igual que Roca Rey, y saliendo en hombros.
Almería acogió con una atronadora ovación a Emilio de Justo. «Esparraguero», un colorado de presencia muy seria y que tuvo mucha calidad, fue el elegido para acompañarlo en la épica. Lo recibió con un ramillete de verónicas templadas llevándoselo hasta los medios donde remató con tres chicuelinas y una tijerilla, desatando la locura en los tendidos. Brindó su muerte al público. Las primeras tandas fueron con mucha suavidad. Cuando la faena estaba tomando vuelo, el animal acusó su falta de fuerzas y enterró las manos. Fue una pausa en la obra que iba a componer. Prosiguió a media altura, por donde respondía bien y metía la cara con clase. Dibujó naturales con mucha despaciosidad, acompañándolo con la cintura. Fueron tandas majestuosos y con gran elegancia. Abrochó por manoletinas, una trincherilla, un natural y el de pecho espectaculares. Enterró los aceros y afloraron los pañuelos. Dos orejas de ley y gran ovación para «Esparraguero».
Embistió con celo y prontitud «Currito» en la capa de Emilio de Justo. Se lo brindó al maestro Enrique Ponce, que quiso apoyarlo en esta tarde tan especial. Muy despacio y por bajo inició la faena a otro bravo pero con teclas «Cuvillo». Las primeras series fueron más rotundas, transmitiendo bastante su oponente. A medida que avanzaba la faena, fue acortando el recorrido y apagándose el motor inicial. El extremeño se mostró firme y seguro, buscando la estética siempre. Una prueba que superó con creces en su reaparición. Acertó con la espada al segundo intento y perdió la oreja.
Con entrega embistió el quinto en las verónicas que le ejecutó Emilio de Justo. Peleó en el caballo «Tramposo», pegándose una costalada antes del tercio de banderillas. Recetó un gran quite por chicuelinas de bella estampa. Le devolvió el brindis a su compañero de cartel, que acababa de salir de la enfermería. El prólogo de la faena fue vibrante, por doblones y trincherillas que remató con el de pecho. Hasta los medios se lo llevó para quitarle la querencia. Se arrancó de lejos en una tanda con muletazos larguísimos. El extremeño toreó desmayado con templanza y hondura por ambos pitones. Emergieron series ligadas, gustándose. Resultó ser otro «Cuvillo» de nota al que le formó otro lío. Metió la espada con un pinchazo previo y paseó otro trofeo.
Roca Rey tuvo el bonito de gesto de brindarle su primer toro a su compañero Emilio de Justo. Él peruano no se quiso dejar ganar la pelea. El comienzo fue muy intenso por doblones, exigiéndole a un astado que era encastado. «Aguilito» enterró los pitones en el albero, haciéndose daño. Le dio tiempo para que se recuperara para volver para llevarlo por bajo y en línea recta. Fue un toro con mucha transmisión, pero bajó el motor y el recorrido después del percance. Remató con tres circulares invertidos manteniéndose inmóvil. Tras el estoconazo cayeron las dos orejas.
Faltito de fuerzas estuvo el cuarto, con el que no pudo lucirse con el capote Roca Rey. Aún así, brindó al público como señal de intenciones. Lo intentó con un sosito y desrazado animal que no fue nada fácil. El peruano le tomó el pulso al de Núñez del Cuvillo, logrando extraer muletazos templados. Acabó metido entre los pitones, recibiendo una voltereta muy fea. Se vivieron momentos dramáticos. Volvió a la cara del toro sin mirarse para rematar labor y coronarla con una estocada, tras la cayó otro trofeo.
Sueltecito estuvo el sexto en los primeros tercios. Roca Rey se fue al centro del platillo para iniciar con dos pases cambiados, aguantando el tipo. Ayudándose de técnica, lo sostuvo ya que estaba deseoso por irse a tablas. El peruano estuvo muy firme, extrayendo muletazos de importancia. Cuando su oponente tiró la toalla, firmó molinetes con las rodillas en tierras, llegando a ponerlo en apuros. El fallo a espadas le privó de cortar oreja.
Plaza de toros de Almería . Tercera de la Feria de la Virgen del Mar. Más de tres cuartos de entrada. Toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados y de buen juego en general.
Emilio de Justo (de sangre de toro y oro), dos orejas y ovación con saludos y oreja.
Roca Rey (de tabaco y oro), dos orejas, oreja y ovación con saludos.
Incidencias: Saludó Abraham Neiro tras banderillear al quinto.