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La insultante autoridad de Roca Rey… y un palco enfuscado

Un gozo volver a ver la plaza de Alicante prácticamente llena. Quizá por la falta de costumbre, la gente apuró la hora de llegada y los vomitorios colapsados a las siete en punto motivaron un retraso de más de diez minutos en el paseíllo. Había ganas de toros. Los que acudieron seguramente volverán. Lo harán porque vieron a un Roca Rey en figura del toreo, ¡qué tarde la suya!. Como volverán los partidarios de ese Fandi tan necesario para la Fiesta al que el palco negó la puerta grande. Y los manzanaristas, que volverán mañana mismo para volver a alentar a su Josemari, que hoy no tuvo la tarde más feliz en su tierra.

Y es que lo de Roca Rey fue algo muy serio. Cuajó a placer a su primero y se inventó una faena que nadie veía con el duro sexto, de casi seis años, al que acabó haciendo embestir por sus santos bemoles. Tres orejas en el esportón del cóndor del Perú y de las taquillas. Le llegaron a pedir el rabo con fuerza en el tercero como le pidieron la segunda oreja en el sexto. Mera casquería. Lo vivido, allí quedó y allí se sintió.

Tres apuntes. El palco se enrocó para negar a Fandi la puerta grande como hacía tiempo no se enrocaba en esta plaza. Otro, el de la música. No se escucha apenas la banda en la plaza. La gente la pide y en realidad está sonando. Será un problema de acústica o de número de efectivos, pero estaría bien solucionarlo. Y para rematar, un brindis significativo: el de Roca a Manzanares en el tercero. Desde arriba se interpretó entre la admiración y el aviso de que le iba a alborotar el corral. Y a buen seguro fueron las dos cosas.

Dicho todo esto, así les hemos contado toro a toro la tarde:

SEXTO: muy cerca de los seis años, los rizos y el cuajo del sexto nos reconciliaron con los mínimos de trapío exigibles en una plaza de segunda categoría. Embistió muy por dentro de salida y Roca Rey tragó lo indecible en el recibo por delantales, pasándoselo muy cerca. Apretó mucho en banderillas el de Victoriano, que llegó a la muleta guardándose todo. Impávido, se fue Roca Rey a los medios para brindarlo al respetable e iniciar su labor apoyado en las tablas con la tranquilidad del que pide el desayuno en la barra del bar de debajo de casa. Agarrado al piso, quedándose corto, hubo una tanda al natural que tuvo un mérito enorme. Se metió entre los pitones el cóndor del Perú en un alarde de valor encomiable para robarle dos tandas por el derecho que parecía no tener. Sitio, autoridad y capacidad a partes iguales: faena de figura del toreo. Estoconazo hasta las cintas para pasear una oreja que debieron ser dos.

QUINTO: el quinto bajó de manera notable el listón de la presentación. Manzanares meció el capote con gusto en el recibo a la verónica. Noble en su embestida, a media altura siempre, el alicantino lo vistió todo con su personal empaque para que la faena acabara llegando arriba. Le cogió la mano izquierda de manera testimonial y de nuevo sobre la diestra abrochó la última serie con dos pases de pecho que se convirtieron prácticamente en circulares por su largura. Con la oreja ganada, pinchó hasta en dos ocasiones en la suerte de recibir y enterró el acero al volapié al tercer viaje. Fue cariñosemente ovacionado por sus paisanos.

CUARTO: la voltereta que se pegó el cuarto no sumó para bien en su contado poder. Perdió las manos en varias ocasiones, llegando a banderillas entre alfileres. No le dio importancia a ello El Fandi, que colocó hasta cuatro pares. La faena estuvo muy condicionada por la falta de fuerza de un toro que tuvo nobleza pero no transmitió nada. Puso todo de su parte el granadino para levantar el vuelo de una labor que culminó con una estocada casi entera, siendo ovacionado.

TERCERO: Roca Rey le ganó terreno a la verónica al castaño tercero con buen gusto y compás. Abrochó el recibo con una chicuelina y dos largas. El tercio de varas fue testimonial y el peruano cuajó un gran quite en el que ligó chicuelinas y tafalleras para acabar cambiándose el capote de mano en una larga que fue muy buena. Apuntó buena condición el de Victoriano en el capote de Chacón y Roca Rey brindó a Manzanares en el tercio. El inicio de faena fue explosivo. Se echó de rodillas a la altura de la primera raya y de esa guisa lo toreó en redondo y se lo pasó por la espalda en dos ocasiones. Ya de pie, mostró Andrés su sensacional momento con una labor muy ligada. Del temple inicial se pasaba acto seguido al poder absoluto que llegó a afligir al buen toro de la divisa madrileña. Extraordinarios el fondo y la forma en todo su quehacer. Las bernadinas finales cambiando el viaje en el último momento fueron el colofón que acabó de volcar la plaza. Resonaron los gritos de ¡torero, torero!, antes empuñar la espada, que cayó un pelín caída. Le pidieron el rabo con fuerza, pero se enrocó el palco.

SEGUNDO: No tuvo demasiada historia la lidia del segundo, más serio que su predecesor, hasta el buen par de banderillas de Mambrú que abrochó el tercio. José María Manzanares, que afrontaba la primera de su dos comparecencias en el abono, templó y compuso una labor fundamentalmente derechista a un toro medio al que tumbó de un soberbio espadazo al segundo intento. Los pases de pecho fueron lo más destacado de una labor premiada con una oreja.

PRIMERO: A las siete y cuarto de la tarde, dadas las dificultades del público para acceder a las localidades de sombra, saltaba al ruedo el abreplaza, un bonito ejemplar castaño al que El Fandi le armó una revolución con el capote. Tres largas de rodillas, lances a la verónica -alguno fue bueno y despacioso de verdad-, chicuelinas y una media de rodillas para abrochar todo aquello en los mismos medios de la plaza. Un picotazo simbólico en varas y un quite por el palo de Chicuelo fueron el preludio de un tercio de banderillas vibrante y en el que mostró facultades y conocimiento de los terrenos. La gente, loca. El de Toros de Cortés lo posibilitó todo con su buen tranco y alegría, llegando a la faena de muleta codicioso y con ganas de embestir pese a los kilómetros que llevaba encima. Buen toro. Fandi inició su labor toreando en redondo de hinojos, basó el trasteo sobre la mano diestra y lo finalizó con la traca final marca de la casa. Media estocada en el sitio y el público pidió con fuerza las dos orejas, pero el palco solo concedió una.

 

RESEÑA

Plaza de toros de Alicante. 5ª de la Feria de Hogueras. Toros de Victoriano del Río, y Torós de Cortés (1º y 4º), bien presentados y de variado juego.

El Fandi (nazareno y oro), oreja con fuerte petición de la segunda y ovación con saludos.

José María Manzanares (corinto y oro), oreja y ovación con saludos tras aviso.

Roca Rey (canela y oro), dos orejas con fuerte petición de rabo y oreja con petición de la segunda.

Incidencias: Más de tres cuartos de entrada en tarde agradable. Destacó en banderillas Mambrú en el segundo y Chacón en la lidia del tercero.

 

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