Juan Ortega y Andrés Roca Rey pasearon sendos trofeos en el cuarto festejo de la Feria Real, en Algeciras. Una tarde marcada por el escaso y deslucido juego que deparó en su conjunto el encierro de Santiago Domecq. Con el peor lote de la misma, El Juli, tuvo nulas opciones de brillar.
Fiel al denominador común de la corrida, el sexto no dejó a Roca Rey mostrar su repertorio con el capote. No obstante, y pese a su falta de ritmo, sí fue el toro de Santiago Domecq que más se movió del encierro, lo que permitió a Roca Rey exponer y apretarlo por abajo en varias tandas que, después de pinchazo y estocada, le valieron una oreja.
Molestó la brisa a Roca Rey en el recibo de capa al tercero. Tuvo más vida este tercero de Santiago Domecq que los anteriores, pero sus embestidas siempre fueron a arreones. Obligó siempre a estar muy firme y a tragarle mucho al toro al peruano, sin embargo, no hubo conexión con el tendido. Además, marró con los aceros, por lo que fue silenciado.
No gustó la presentación del quinto y su falta de fuerzas terminó de armar la bronca del respetable, tirando almohadillas al albero, hasta que fue devuelto. Casi media hora necesitaron para meterlo de nuevo en toriles, tanto al toro como a un manso que se quedó en el ruedo. En su lugar, salió un sobrero del mismo hierro, con el Juan Ortega no pudo brillar en su recibo de capa. Faltó rotundidad y acople después al conjunto del trasteo, pero sí pudo correr la mano en un par de tandas. Esa ligazón, unida a su celeridad con el acero, le permitió pasear un trofeo.
El segundo salió embistiendo con ritmo de chiqueros, pero Juan Ortega no pudo estirarse a la verónica en el recibo. Fue un animal que tuvo movilidad, pero que acusó cierta endeblez con el paso de la lidia, en el límite. Ortega no terminó de verlo claro por ninguno de los dos pitones y la faena fue un quiero y no puedo, que no fue más allá de las probaturas. Lo mató de pinchazo y estocada.
Al primero de Santiago Domecq, lo recibió El Juli a la verónica e intentó después bajarle la mano. Lo sacó a los medios, pero no terminó de romper, en parte, por su floja condición. Esa falta de emoción, se trasladó a los tendidos, por mucho que Julián lo intentó con ambas manos. No hubo conjunción entre el binomio toro y torero. Tras dos pinchazos y estocada, saludó desde el tercio.
Tampoco posibilitó el cuarto el lucimiento en el recibo de capa de El Juli. Como a sus hermanos, le faltó fuerza y clase al de Santiago Domecq, que embistió a arreones en las pocas arrancadas que regaló. La figura madrileña lo mostró por ambos pitones y entró a matar.
Plaza de toros de Las Palomas, en Algeciras (Cádiz) . Cuarta de la Feria Real. Casi tres cuartos de entrada. Toros de Santiago Domecq, el quinto como sobrero, .
El Juli, (de verde botella y plata), ovación y palmas.
Juan Ortega, (de tabaco y oro), silencio y oreja.
Roca Rey, (de malva y azabache), silencio y oreja.
Incidencias: En banderillas, se desmontó Javier Ambel, en el sexto.