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Alejandro Marcos: «Mi gran fallo fue el conformismo en mi última etapa como novillero»

Es un torero de clase, una gran esperanza de los aficionados más partidarios del toreo clásico. Alejandro Marcos deslumbró por su elegante disposición en Bayona y una templadísima mano izquierda en la Feria de Salamanca especialmente con los toros de Galache (dónde fue proclamado triunfador del ciclo) en 2021. Esta temporada, que ya ha empezado para él en Valdemorillo, cuenta por delante con la confirmación en Las Ventas y varios compromisos en Francia. El objetivo, claramente, es posicionarse como un gallo más en ese corral que está conquistando las ferias del orbe taurino.

Valdemorillo fue un toque de atención aunque me imagino que la mente ya estará pensando en su confirmación en Madrid…

He tenido la suerte de empezar la temporada casi medio año antes que en otras ocasiones. Estoy con la ilusión a tope, efectivamente la confirmación en Madrid parece una realidad, pero aún no es oficial. También pinta bien la temporada en Francia, uno entrena con mucha motivación.

¿Cómo vivió ese arranque?

Con responsabilidad, coger la sustitución de Cayetano y con la apuesta que hizo la empresa al contar conmigo lo afronté con responsabilidad. Una vez en la plaza, el primer toro de Montalvo no me regaló mucho pero le puse bastante y me tiré a matarlo con todo. La oreja me dio moral pero quería redondear en el sexto que me ayudó más al que creo que entendí en distancias, aprovechando ese buen tranco. En la distancia corta le faltaba ese punto de empuje. No lo maté bien. Al ser la primera corrida de la temporada no encontré las sensaciones del año pasado, pero estoy contento por el resultado. Interiormente sigo con ganas de demostrar mucho.

El 2021 fue importante por su paso por Bayona -debut como matador en plaza de primera- y las dos tardes de Salamanca. Además de toques de atención en Arévalo o Cantalejo.

Tuvo mucha repercusión todo lo que pasó. Lo de Bayona y lo de Salamanca tuvo relevancia. Especialmente alegra por la gente que cree en ti, me motiva mantener ese nivel. Los aficionados están valorando el toreo que busco, soy consciente de que estoy más nuevo que los que lo están interpretando todos los días tan bien pero ilusiona que sea lo que la afición demanda.

En Salamanca hay un auténtico movimiento a favor de usted como torero, algo así como la esperanza blanca charra.

Ese ese es el objetivo, conseguir que una tierra tan taurina esté ilusionada. No sé si encantados, sí te puedo decir que son muy exigentes, que es una afición que sabe mucho de toros y que siempre ha tenido grandes figuras del toreo. Me responsabiliza pero al mismo tiempo me gusta tener ese objetivo para superarme y estar a la altura.

De los grandes toreros que ha dado su tierra, ¿quién le ha despertado una admiración especial?

Hay una generación de la que he bebido mucho que es la de Capea y Robles y, por supuesto, también Juan José y su época. No las viví pero me he preocupado de ver vídeos. Quizá si tuviera que quedarme con uno de ellos sería con Julio Robles porque me siento muy identificado con su forma de entender el toreo. Al haberme criado en La Fuente de San Esteban, Juan José fue importante en mi formación y en el interés que tengo por esos años de toreo. Me contaba muchas anécdotas.

¿Qué es lo que más le gustaba de Robles?

Poco a poco fui descubriendo su toreo, encontré muchísimas cosas que me llenaban pero lo primero que me que me sorprendió fue su prestancia y esa estética natural que tenía. Rezumaba toreo por todos lados.

Al ser de Salamanca y al haber conseguido el apoyo del campo charro en su conjunto, ha tenido oportunidad de conocer múltiples encastes desde que dio sus primeros muletazos. ¿Con cuál siente que su toreo encaja mejor?

Es cierto, desde que empezamos en la escuela la verdad que tenemos la oportunidad de torear muchísimos encastes y ganaderías muy distintas. Con las vacas que más me he sentido han sido con las de procedencia Aldeanueva, tienen un ritmo especial. También quiero romper una lanza por el encaste Atanasio-Lisardo, es una embestida exigente que me ha ayudado a mejorar técnicamente y a crecer como torero. Me motiva mucho sacarle el fondo que tiene ese tipo de embestidas.

Es tanta la ilusión que me imagino que en alguna ocasión se habrá sentido desbordado por tanto tentadero.

La verdad es que sólo puedo agradecer a los ganaderos su apoyo desde novillero. Valoro mucho que un ganadero te invite a tentar sus becerras. Ha habido años de tentar muchísimo, eso me llevaba a que se hiciera rutinario en algunos momentos. Ahora, que creo que estoy en un punto mayor de madurez, asimilo todo de otra forma.

Siempre destacó por sus buenas formas, ahora que ha cuajado unos cuantos toros en sonados escenarios ya ha contrastado que ha asimilado bien el toreo.

En aquel momento de los primeros años, con compromisos importantes, el ir todos los días al campo y no tener tiempo para parar, estudiar y analizar lo que estás haciendo se me hizo duro, que no fue tan positivo.

Precisamente, todo ese tiempo para madurar lo encontró en una grave lesión durante la pandemia, producida mientras toreaba a puerta cerrada: se partió el peroné y un ligamento del tobillo.

En el momento fue un disgusto importante, la recuperación duró cinco meses. Ahora creo que ha sido fundamental para madurar, para estudiar bien el toreo que quiero hacer, para marcarme unos objetivos en cuanto a sensaciones, para conocerme mejor. Como te decía, fue duro pero el resultado muy positivo. Ese tiempo me sirvió para intentar buscar más hondura, más verdad, más más pureza y huir un poco del acomodamiento que te da a veces lo estético.

¿Qué acomodamiento da ‘lo estético’?

No es lo mismo torear bonito que torear bien. Antes quizá me conformaba con componer, con que lo que hiciera fuera estético. Ahora me preocupo de torear bien.

Alejandro Marcos

Cuando ve algún vídeo suyo de novillero, ¿qué ve?

Veo un torero que tenía gusto pero al que le faltaba ahondar, saco más defectos que virtudes cuando veo algo de antes. Lo digo con sinceridad, no me gusta mucho verlo. El concepto era el mismo que hoy pero ahora siento más lo que hago.

Qué importante esa búsqueda constante.

Creo que mi gran acierto ha sido creer en mí mismo y esa obsesión por querer mejorar como torero. Sabía que podía hacerlo, y no he parado de buscar y de buscar. Tengo una fe, que jamás he perdido, por cuajarme en el torero que quiero ser.

¿Y cuál sería su mayor error?

Mi gran fallo fue el conformismo especialmente en mi última etapa como novillero, viendo que mi forma de torear gustaba creía que con eso valía. Me faltó en ese momento un punto más de ambición y de afición que ahora tengo. Lo bueno es que me he dado cuenta a tiempo.

Al hablar con usted, es inevitable el recuerdo al maestro Juan José. Elegantísimo torero de los años 70 que perdimos en 2020.

Es la persona a nivel profesional más importante de mi vida. Me lo enseñó todo desde el principio y confió en mí como no lo ha hecho nadie. Personalmente ha marcado mucho mi por mi forma de ser, mi forma de entender la tauromaquia y el toreo en general. Su fallecimiento ha sido uno de los momentos más tristes de los que he vivido, me afectó mucho. Lo he canalizado de tal forma que todo lo que haga bien delante del toro y las cosas buenas que me pasen se lo ofrezco a su memoria.

¿Qué le quedó por hablar con su maestro?

Todo lo que quería decirle se lo dije, pero tenía proyectos muy bonitos para volverme a encontrar con él.

Fue su profesor en la escuela, qué le diría a esos aspirantes que hoy empiezan.

Que aprovechen el tiempo, a veces se entra en la rutina del día a día de estar allí cuatro horas sin ton ni son. Es preferible estar dos horas y entrenar intensamente que estar cuatro horas de compadreo. Hay que querer ser mejor que los que tienes a tu lado, tienes que creer en ti mismo.

De esa época qué recuerdo tiene, ¿siente que se ha perdido muchas cosas que han vivido personas de su edad?

La verdad es que no, sin excesos pero he tenido la suerte de vivir la vida que quería vivir. Cuando he querido estar con mis amigos lo he hecho, no me he privado de nada, cuando he creído que lo mejor era quedarme en casa lo he hecho también a gusto. Si me he equivocado en algún momento lo he hecho yo, no porque nadie me lo haya dicho, y si he acertado lo mismo. He disfrutado, tengo un recuerdo bonito de todos esos años.

Ha sido padre recientemente.

Es una experiencia única que me ha fortalecido mucho en mis ideas y en lo que quiero dar al toreo. Es una motivación que el día de mañana mi hijo pueda estar orgulloso de su padre, que pueda conseguir grandes metas y que él también las disfrute. Es algo que te llena de responsabilidad y también te obliga a madurar pues te hace darle la importancia real a las cosas que de verdad la tiene.

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