‘Yo no quería ser ganadero‘. La frase, en boca de Agustín Montes, ganadero de Montealto, sorprende. Mucho. Sin embargo, José, su padre, fue el responsable de inyectarle este bendito veneno. ‘Todo lo que he conseguido, sea mucho o poco, jamás lo había soñado y se lo debo a él’, comenta en su entrevista más emotiva, más humana. Y es que Agustín rompió a llorar al hablar de sus tres hijos. ‘Hay relevo, ellos están enfermos por esto como yo, pero me siento culpable, responsable, de complicarles la vida y su futuro con una ganadería, que es algo muy bonito, pero muy duro y sacrificado‘.
‘No quería, de verdad, ser ganadero‘, retoma el discurso inicial, ‘pero empecé con mi padre, aquí los dos juntos, me acuerdo mucho de él, empezamos comprando 30 becerras sin herrar de un ganadero que ni sabíamos de quién eran, para torearlas mis amigos y yo como aficionados prácticos; como no era ganadero… yo aprobé todas, porque todas me servían y parecían buenas, echamos un semental que compramos y aquello empezó a parir y, claro, pues había que lidiarlo, así que comenzamos por los pueblos y lográbamos vender las reses, me empezó a picar el gusanillo junto a él y, entonces, ya decidí ir a una casa como Luis Algarra, también a El Ventorrillo, y ahí di el salto’, recuerda con orgullosa nostalgia.
Para entonces, ‘la afición taurina, que es peor que la droga‘, ya estaba en la sangre de este ganadero de San Sebastián de los Reyes, donde tiene la sede su gran empresa familiar, una amplia cadena de panaderías. ‘Desde que amanezco ya estoy liado con los papeles, que llevo a mano, de todos los toros, disfruto con ello, luego, por la noche, en la cama, desde que estás anunciado ya estás liado pensando qué toros vas a elegir, qué números, cómo pueden salir…’, describe su día a día.
‘Tres días antes de lidiar en Madrid ya no me entra la comida‘
‘Soy así, que se le va a hacer’, prosigue tras unos segundos en silencio. ‘A mí me gustaría poder olvidarme de todo y que llegara el día de San Isidro e irme a comer con mi familia, pero no puedo… Dos o tres días antes de lidiar en Madrid ya no como, no me entra la comida, por eso decía que me siento culpable por mis hijos, porque se pasa mal y ya no sólo en Las Ventas, en todos los sitios donde se anuncian tus toros, vas preocupado, porque quieres que disfruten los toreros y la gente se divierta… Si llega la corrida y sale buena, se te pasa y lo disfrutas con los tuyos, pero, si no es así, te vuelves jodido a casa’, reconoce.
Pero, para lograr esa satisfacción con el resultado de sus reses en la plaza, ¿qué toro busca Agustín Montes en el banco de pruebas de los tentaderos? ¿Qué criterios de selección tiene? ‘Valoro, por supuesto, que los animales vayan al caballo, pero ten en cuenta que nosotros las vacas las tentamos de eralas, la primera vez no cuenta, pero si va tres veces más como es debido, empleándose, muchas veces es suficiente para puntuarla, porque luego el rendimiento en la muleta no es el mismo, después valoro mucho la humillación, la duración, la clase, la bravura, la movilidad, pero de la buena, la que da la raza, porque el que está arriba sentado, si el novillo no aguanta siete y ocho derechazos y uno de pecho, no le llega, no transmite’, explica convencido de lo que quiere en ‘unos tiempos en los que, cada vez, se selecciona más perfecto’.
Ahora mismo, Montealto está en las ‘200 vacas de vientre‘. ‘Quitamos 50 vacas, que luego me ha pesado, pero fui de los que estaba preocupadísimo en los primeros meses de la pandemia, no queremos pasar de ahí, porque no puedo tener menos, no te van a parir las 200 hembras, lo harán un 80 o, en el mejor de los casos, un 85 por ciento, entonces, para poder tener con cierta holgura un par de corridas de toros y cuatro o cinco novilladas, tienes que tener un mínimo de 200 vacas’, echa cuentas en voz alta.
Todos estos temas, el balance de la temporada pasada, el análisis de la camada para el 2023, el motivo por el que sólo lidiará en novilladas esta temporada, el encierro para San Isidro, el debut en Dax, el otro hierro de la familia, y mucho más en una entrevista que no te debes perder. Puedes verla íntegramente, a continuación:
