Se acabó. Se acabó la más atípica de las temporadas taurinas que se recuerdan desde la Guerra Civil. Al menos, podemos estar hablando de que se ha terminado esta extrañísima y corta temporada, ya que muchos pensábamos que no habría nada. El año pintaba negro zaíno, aunque, finalmente, en lo taurino se quedó en negro a secas. Que no ha sido un buen año es evidente: si no que se lo pregunten a los ganaderos, que no solo no tienen ingresos, sino que tienen altos gastos, o a los banderilleros y gente del toro que el gobierno les ha denegado durante tanto tiempo y de forma injusta la ayuda que les correspondía por desempleo. Pero también a los aficionados, que nos hemos quedado sin las principales ferias y todo lo que ello conlleva: menos rigor en las plazas, menos diversidad de encastes, menos toros bien presentados… todo “menos”, excepto los indultos, que eso ha sido un claro “más” en porcentaje: 24 reses indultadas entre toros y novillos el año pasado por 9 este año entre España y Francia, teniendo en cuenta que los festejos han caído en un 86% por la pandemia. Merece que hablemos sobre ello de forma crítica posteriormente.
Los aficionados de los distintos puntos de la geografía española y francesa sí que han podido disfrutar de algún festejo suelto en plazas cercanas, aunque con alguna que otra sonrojante excepción de quien dice, precisamente, apoyar la Tauromaquia, como es el caso de la Comunidad de Madrid, gobernada por Isabel Díaz Ayuso. Queremos actos y no palabras.
Al menos, hemos podido ver prácticamente todos los festejos que se han dado gracias a la televisión. Cuánto hay que agradecer este año a Canal Sur y a Castilla La Mancha TV, que como todos los años se ha volcado con la Tauromaquia. Por supuesto, Toros también ha dado un gran número de festejos (no se puede esperar menos de un canal temático), aunque ha salvado el año en el descuento, gracias a la «Gira de Reconstrucción» organizada por la Fundación Toro de Lidia. Por cierto, dicha Fundación ha sido galardonada este año con el Premio Nacional de Tauromaquia.
Vayamos ya paso a paso recordando la temporada, que comenzó en Valdemorillo. Entonces nadie sabía lo que se nos venía encima, aunque hay cosas que no han cambiado desde entonces, como el momento de Daniel Luque. Es un torero en sazón que ha marcado, junto a Emilio De Justo, el ritmo de la temporada.
Tras el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo, en el que volvían las figuras y, además, lo hacían para lidiar a los “patasblancas” de Galache, llegaban Illescas y Olivenza. En estas dos citas se repitió un cartel de artistas con Morante, Manzanares y Aguado que, a buen seguro, se habría repetido muchas veces este año. En esas corridas quedó claro una vez más que sin toro no hay nada.Lo que sí que hay que destacar de Olivenza fue un gran mano a mano en aquella matinal entre De Justo y Ginés Marín con toros de Victoriano del Río. Tras Olivenza llegó el confinamiento y las suspensiones de Fallas, la Feria de Abril, el gran San Isidro que se estaba fraguando, pero que no llegó a anunciarse ni San Fermín, o la Semana Grande de Bilbao ….
La temporada se retomó a mediados de julio en Ávila, plaza gestionada por José Montes, uno de los empresarios que ha apostado por dar toros este año. Mientras las grandes casas han preferido dejar pasar el año, los modestos han echado la pata adelante, tal y como ha sucedido con los toreros, con la honrosa excepción de Enrique Ponce. Torero que se ha echado el peso de la temporada a sus espaldas con treinta años de alternativa. Una vez más ha sido un ejemplo en cuanto a compromiso con la Tauromaquia. Nadie tiene su afición. Mientras otros han preferido apartarse con tal de no bajar su caché en los momentos complicados, Ponce ha dicho que sí a todo y, además, se ha dejado televisar en abierto. Con 16 corridas ha sido el líder del escalafón doblando al segundo, Emilio de Justo.
Tuvimos que esperar hasta “el día más taurino del año”, el 15 de agosto, para ver una corrida seria de verdad. Fue la de Victorino en Herrera del Duque, imponente, al igual que las que ha lidiado más tarde en Villanueva del Arzobispo y Logroño. La corrida de Villanueva fue organizada por Alberto García, de Tauroemoción, que es, probablemente, la empresa que más plazas lleve. Este año, Alberto ha dado todos los toros que ha podido y es otro de los nombres propios que salen reforzados del 2020. También hay que reconocer el trabajo sin premio de Manuel Martínez Erice en Alcalá de Henares y de Carlos Zúñiga en Aranjuez. No hay que olvidar que este último trató de dar la corrida de Aranjuez con 599 personas y tampoco se lo permitieron. Una pena, porque era la encerrona de Daniel Luque en una corrida concurso que era una de las citas clave de la temporada.
Así llegamos al mes de septiembre. Entre tanto, hubo rotundas tardes (de cuatro orejas en la mayoría de los casos) de Salvador Vega en su reaparición en Estepona, Miguel Tendero en Villamalea, Daniel Luque en la magallánica de Sanlúcar o Manzanares en Mérida en el homenaje al fallecido Borja Domecq. Mención aparte merece la faena de Juan Ortega en Linares. Septiembre fue el mes en el que los indultos se dispararon. Llegamos a un punto en el que prácticamente íbamos a indulto por corrida y eso es abrir la puerta a las corridas a la portuguesa. No se pueden indultar todos los toros buenos (que, como se ve, están saliendo bastantes). Hay que indultar solo los extraordinarios y a los otros, darles la vuelta al ruedo. Y tampoco se debe confundir una gran faena con un toro excelente. Para realizar una gran faena hay que tener un gran toro, pero no tiene porqué ser extraordinario. El indulto es un premio para el toro.
Siguiendo con el curso de la temporada, hay que destacar la tarde que ofreció Calita en Castellar de Santiago. Espero que el próximo año le den oportunidades a este torero mexicano.También, la corrida del año, de Victoriano del Río. Se lidió en Nimes y estuvo por encima de la terna.Este año en el que los ganaderos que han lidiado se pueden sentir afortunados, destacan las divisas de Victoriano del Río, Victorino Martín, Conde de Mayalde, La Quinta, Santiago Domecq y Virgen María.
Jaén, que en un año corriente cerraría temporada, este año tenía lugar un mes antes del final de la temporada. De nuevo, otra de las faneas del año realizada por Juan Ortega. Sin embargo, el mano a mano entre los dos toreros del año, Luque y De Justo, supo a poco sin ser una mala corrida. Algo parecido sucedió en Córdoba con otro mano a mano entre los sevillanos Morante y Ortega. No obstante, hubo una buena faena de Morante en Córdoba y dos interesantes de Emilio y Daniel en Jaén.
En Badajoz se encerró Antonio Ferrera con seis toros con gran trapío de Zalduendo en una tarde plena de compromiso y disposición del torero extremeño.
En la “Gira de la Reconstrucción” de la FTL veríamos lo mejor del año en mi opinión: la faena de Finito a “Doctor” en Antequera y el toro “Emperador” de Santi Domecq en Cabra. Si tuviese que hacer un podio de mejores faenas colocaría la de Finito por delante de las dos de Juan Ortega y el de toros lo completaría con “Descreído” de Victoriano del Río y “Africano” de Miura. En cuanto a los toreros, mi terna ideal de este año sería Daniel Luque, Emilio de Justo y Gómez del Pilar, al que no había mencionado aún, pero que ha echado un gran año.
Acabo este extenso resumen destacando la importancia de los certámenes de novilladas con y sin picadores que se han celebrado este año, que tan importantes son para quien quiere llegar a ser torero.En Andalucía se dieron dos, el primero lo ganó Marcos Linares y el de La Fundación, González Écija; el de Castilla La Mancha, Alejandro Peñaranda y el de Castilla y León, Ismael Martín. Hay que seguir a estos novilleros, como también a otros que no ganaron pero que dejaron una buena imagen: destacaron respectivamente Éric Olivera, Jesús Rivero, Carla Otero y Sergio Rodríguez.